La realidad es que Pastore no ha sido un descubrimiento “del Diego” sino que se ganó a pulso el estar entre los convocados de una selección que brillaba por la ausencia de grandes jugadores en la media punta, posición que ocupa Javier. Nacido en Córdoba (Argentina), el Flaco, como se le conoce en su país, con tan solo 21 años es una de las piezas claves del Palermo, un equipo que la temporada pasada, gracias en gran parte a Pastore, consiguió clasificarse para la UEFA Europa League.
Rápido salto a Europa
Pero la historia de Pastore comienza en su país natal. Comenzó su carrera en las categorías inferiores de Talleres de Córdoba, equipo que le dio la posibilidad de debutar en el campeonato argentino. Fue entonces cuando Ángel Cappa vio en él un gran jugador y decidió contratarlo para su equipo, que por aquel entonces era Huracán. Allí se consolidó como titular, consiguiendo en 30 partidos 8 goles, pero destacando, sobre todo, por su gran dirección de juego y su gran elegancia a la hora de llevar el balón en los pies.
Sólo hizo falta una temporada para que el viejo continente se diera cuenta que en Pastore había mucho futuro, y fue el Palermo, que por aquel entonces comenzaba a intentar buscar un hueco entre los grandes de Italia, el que se hizo con sus servicios, pagando alrededor de 6 millones de euros. Aquí es donde El Flaco se empezó a convertir en Il Fantasista como se le conoce en el Calcio. En su primera temporada en Palermo disputó 34 partidos de liga, consiguiendo ser uno de los artífices de la clasificación para Europa junto con el goleador Edison Cavani. Esta temporada pese a que el equipo no ha comenzado la temporada de la mejor manera posible, Javier Pastore ya está dejando detalles de la calidad que atesora.
Buen presente y mejor futuro
Sin duda Javier Pastore es una de esas perlas que hoy en día hay en el fútbol mundial. En un deporte en el que cada vez los jugadores despuntan más jóvenes, Pastore no está perdiendo la oportunidad de enseñar al mundo su calidad. Un jugador que se desenvuelve en los tres cuartos de campo, en la media punta, recordando por posición a su compatriota Riquelme o a los primeros años de la Brujita. Pero si hay a un jugador que puede recordar Pastore es a Juan Carlos Valerón en sus años grandes, la elegancia con el valor en los pies, el uso del exterior a la hora de controlar y conducir, detalles de gran mediapunta.
Un jugador que destaca por su elegancia, por su visión de juego, por su gran dirección y que como buen argentino hace uso del caño en cualquier momento, un regate que además de ser eficaz, desquicia al que lo recibe. No cabe duda que si Pastore hubiera sido pieza clave de Argentina en el Mundial, hubiera sido difícil que el Palermo lo hubiera retenido en sus filas, pero para esto queda poco, porque en muy pocas temporadas, sin ninguna duda, Pastore formará parte de alguno de los mejores equipos del mundo.
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