El técnico Antoine Kombouaré tendrá que decidir si continúa con la fórmula en el partido del jueves ante el Slovan de Bratislava eslovaco, en la Europa League, pero su buena actuación del último partido ante el Caen (4-2) hace prever que no será la última vez que los tres estén juntos sobre el césped.
Hasta ahora, parecía que la lucha de egos y sus características ponían difícil encontrar el punto de equilibrio, pero Kombouaré ha sabido limar los pequeños puntos de fricción.
"En un vestuario, hay luchas de egos, de testosterona, y eso está bien. No me gustan los zombis. Los chicos tienen carácter y esos son los que hacen ganar partidos, no los que se esconden", admitió su entrenador.
En un reciente partido contra el Niza, Nené (8 goles, 2 asistencias) se había enfrentado a Kevin Gameiro para tirar un penal, antes de permitirle lanzar el segundo.
El brasileño es especialmente conocido por su carácter explosivo, que en agosto le llevó incluso a entrar en conflicto con su entrenador, lo que le costó un partido de suspensión.
"Nené siempre quiere ganar. Incluso en los entrenamientos intenta engañar, se queja del arbitraje", explican desde el vestuario parisino.
Más tranquilo parece el argentino Pastore (6 goles, 4 asistencias), la estrella del club, avalado por los 42 millones que costó su incorporación desde el Palermo italiano.
El sábado, Pastore no brilló al nivel esperado, aunque al final del partido marcó el cuarto y definitivo.
"Cuando hace tonterías con el pie, no me gusta. Más de una vez me ha enfadado con eso. Forma parte de su juego y de su carácter", admitió el portero italiano Salvatore Sirigu, que ya jugó con él en el Palermo.
El albiceleste, a pesar de una cierta irregularidad, se ha adaptado bien al París Saint Germain, y en el vestuario va ganando peso semana a semana, hasta el punto de que algunos le consideran un factor de estabilidad para canalizar conflictos o problemas.
El tercero en cuestión es Jeremy Menez (4 goles, 6 asistencias), que marcó también el sábado ante el Caen, pero que no quedó del todo conforme y se quejó después por haber sido sustituido, demasiado pronto según señaló.
Su juego provocador, dinámico y acaparador sirve para desequilibrar, pero también ha provocado choques con algún compañero, como el que tuvo con Nené en Evian.
El cóctel comienza a funcionar y sólo el futuro y la labor de Kombouaré dictaminarán si los tres elementos pueden formar parte de la fórmula ganadora del equipo de la capital francesa, líder en su liga y con altas aspiraciones tras adquirido por inversores de Catar.
univision
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